Intrusos que entran en habitaciones de hotel hablando de forma rara, gente que te observa desde la playa, camisetas desaparecidas y hasta un doppelgänger. La novela del verano está siendo el hilo de Twitter en el que Manuel Bartual, dibujante de Orgullo y Satisfacción, está contando la sucesión de cosas raras que está pasándole en sus vacaciones en un hotel de playa. Podríamos descartarlas como coincidencias, pero para él está siendo una experiencia, cuanto menos, perturbadora.
No es una historia de miedo como la del fantasma de Querido David, pero está enganchando a unos cuantos tuiteros que quieren saber cómo se desarrolla todo. ¿Qué le está pasando a Manuel Bartual para que sus vacaciones parezcan sacadas de una película de Alfred Hitchcock?
La saga del hombre alto
Bartual publicó el día 21 que estaba de vacaciones en un hotel de playa, solo, disfrutando de un libro en la terraza de su habitación. Y entonces empieza lo que podemos llamar "la saga del hombre alto".
Esta tarde estaba leyendo en la terraza de mi habitación cuando he escuchado que la puerta se abría. Y a este viaje he venido solo.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de agosto de 2017
Lo primero que he pensado es lo normal en estos casos, que sería alguien del servicio de habitaciones.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de agosto de 2017
Pero no: cuando he entrado a la habitación, me he encontrado con un hombre alto y delgado, muy nervioso, moviéndose de un lado a otro.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de agosto de 2017
Me he acojonado un poco. Se movía rápido, parecía registrar la habitación, o buscar algo, no sé. Le he hablado y me ha mirado.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de agosto de 2017
Me he acercado a él y me ha cogido fuerte de un brazo. Ha comenzado a hablar, muy rápido, sin apartar la mirada, pero yo no entendía nada.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de agosto de 2017
Era castellano, pero completamente desordenado. Algunas frases comenzaban con las palabras en su sitio, pero rápidamente se descolocaban.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de agosto de 2017
Me ha gritado algo, se ha girado y antes de irse me he fijado que llevaba una tarjeta como la que tengo para entrar a la habitación.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de agosto de 2017
Bartual decide bajar a recepción a preguntar si algún anterior ocupante de su habitación puede tener todavía activada la tarjeta de entrada y, como precaución, la recepcionista resetea su tarjeta. Así que él regresa a la habitación y se da cuenta de que también le ha desaparecido una camiseta.
También he perdido esta camiseta. pic.twitter.com/jyYGaPcCr3
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de agosto de 2017
Entramos en el segundo día de la historia.
He bajado a desayunar al buffet del hotel y acabo de cruzarme con el hombre alto. Está aquí sentado, desayunando en otra mesa.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
Al pasar a su lado me ha saludado y se ha disculpado. Esta vez le he entendido porque hablaba tranquilo, colocando cada palabra en su sitio.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
Dice que entró a mi habitación por error, que está alojado en otra de este mismo hotel y que perdón por el susto.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
"No se preocupe, está todo bien" ha repetido varias veces con una sonrisa en la cara que no me ha podido parecer más artificial.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
En fin, no sé. Casi me ha dado más mal rollo ahora que ayer cuando entró a mi habitación enloquecido.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
Vale, es éste. pic.twitter.com/wtoNMpMLWQ
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
He pasado la mañana fuera. Al volver me he encontrado con la habitación hecha y con esto en el suelo del baño. pic.twitter.com/i3S9VuCcRV
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
No es mío, no he traído ningún lápiz conmigo. He revisado la habitación pero no veo nada más que no sea mío, ni que falte nada.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
Y aquí tenemos un nuevo punto de giro. Manuel baja a pasear ya darse un baño en la playa, y vuelve a encontrarse con el hombre alto. Sólo que, esta vez, no está solo.
He estado dando un paseo por la playa, y he acabado caminando hasta el final de esta pasarela. pic.twitter.com/KxM8wSZXlK
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
He estado allí un rato, y cuando me he girado he visto esto. pic.twitter.com/hke78qRjXw
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
No se aprecia demasiado por el contraluz, pero a la derecha está el hombre alto junto a otro hombre.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
No sé cuánto tiempo llevarían allí de pie, pero juraría que estaban allí quietos, observándome.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
He comenzado a caminar hacia ellos y en ese momento se han girado y han comenzado a caminar hacia la orilla. He tratado de seguirles...
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
...pero entre tener el sol de frente y que había mucha gente, al llegar a la orilla no he conseguido ver hacia dónde habían ido.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
Pero esto no ha sido lo más raro.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
Lo más raro ha sido que el hombre que acompañaba al hombre alto llevaba puesta la camiseta que perdí ayer.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de agosto de 2017
Después de semejante revelación, Manuel Bartual tiene tiempo para reflexionar y desconectar un poco, y empieza a pensar que igual no son más que coincidencias sin importancia.
En realidad puede que los dos hombres que vi ayer no fueran el mismo que entró a mi habitación ni uno con mi camiseta perdida.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
Se va de nuevo a la playa a nadar y, cuando sale del agua, se encuentra de nuevo no con el hombre alto, sino con el que lo acompañaba, el que llevaba la camiseta que le había desaparecido.
Esta vez no parecía estar observándome. Estaba sentado lejos de mí, mirando el mar.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
He dejado el móvil en el hotel antes de salir, así que me he quedado pensando qué hacer, si volver a por el móvil, vigilarle o qué.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
En el rato que tarda en coger su teléfono del hotel y volver a la playa, el hombre ya no está. Pero el lugar donde se encuentran no es grande, Bartual está seguro de puede encontrárselo de nuevo. Y lo hace.
Le he hecho este par de fotos. pic.twitter.com/QRPEVTVg1B
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
Ha terminado de comer. Ha pagado. Acaba de salir del bar. Estoy siguiéndole.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
El hombre entra en un supermercado.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
Y aquí es cuando los guionistas de 'Orphan Black' podrían inspirarse para continuar su serie.
Vale, AHORA SÍ QUE LO ESTOY FLIPANDO. Este tío es IDÉNTICO A MÍ. pic.twitter.com/4F8sdIQ0sp
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
Cuelgo aquí una foto mía para que podáis comparar. pic.twitter.com/YTwLFPCSUp
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
La historia, de momento, termina así.
Estoy en mi habitación. No sé qué pensar de todo esto.
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
Bartual razona en voz alta que la zona turística es pequeña y hay poco que hacer; los turistas van a los mismos sitios y a la misma playa. Pero no puede evitar pensar.
¿Qué probabilidad había de que haya hecho exactamente lo mismo que hice yo al llegar aquí, el primer día, en el mismo orden y mismos sitios?
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de agosto de 2017
Manuel Bartual ha estado utilizando Twitter con anterioridad para contar historias. Por ejemplo, una de ellas, a la que tituló 'El peso de la verdad', tenía como protagonista a un hombre que descubre que han entrado a robar en su casa, mientras está de vacaciones, porque le llega una alerta al móvil de su báscula.
Y no es el único que ha aprovechado para darle una vuelta del siglo XXI a los folletines por entregas del XIX.
Elige tu propia aventura en Twitter
Hematocrítico, uno de los tuiteros más populares en España, ha utilizado esa red social para hacer dos entregas de su juego de rol/libro de 'Elige tu propia aventura'/videojuego en vivo/experimento tuitero 'Legends of Hemato'.
Como si fuera un master de toda la vida, Hematocrítico va contando la historia en diferentes tuits y, cuando llega el momento de que los jugadores elijan el siguiente paso a dar, lo hace a través de una encuesta.
Estás desayunando. Llaman a la puerta de tu casa. Miras por la mirilla. Es :
— El Hematocrítico (@hematocritico) 9 de julio de 2017
Tu madre parece muy alterada. Le pones un café :
— El Hematocrítico (@hematocritico) 10 de julio de 2017
- ¿Qué te pasa,mamá?
- Limpiando tu habitación me he encontrado esto debajo de la cama
Es un un error grave.Nunca debería haber encontrado tu puñal ensangrentado.Ya sabes el protocolo.Sacas el móvil para avisar a tu superior
— El Hematocrítico (@hematocritico) 11 de julio de 2017
Y así hasta crear una partida de rol con sus 113.000 seguidores.
'Small places', la pionera
Esta forma de narrativa en 140 caracteres no es nueva. En cuanto apareció Twitter, hubo escritores que buscaron la manera de aprovecharla para contar historias de manera diferente, y prácticamente en tiempo real. La primera novela tuitera fue 'Small places', de Nicholas Belardes, que contó durante dos años las vidas cruzadas de varios personajes.
Es lo que la escritora española Rosa del Blanco llama #twitteratura, una forma que puede tanto dejar microrrelatos como verdaderas sagas. ¿En qué quedará la del hombre alto de Manuel Bartual?
Esta madrugada esas manos tan cansadas de esperar, destejerán a hurtadillas la piel de su pretendiente más joven. #twitteratura
— Rosa del Blanco (@rdelblanco) 9 de agosto de 2017